Agentic Composable Architecture | NTT DATA

ma., 09 septiembre 2025

Agentic Composable Architecture: el nuevo paradigma de integración empresarial con IA

Durante años, las empresas han enfrentado el mismo reto: ¿cómo integrar aplicaciones heterogéneas de manera eficiente y escalable? La respuesta ha ido cambiando con cada etapa tecnológica. Primero fueron las arquitecturas SOA, después llegaron los microservicios, y más recientemente, las arquitecturas basadas en grafos con enfoques como GraphQL, que abrieron la puerta a integraciones más flexibles y centradas en el consumo. En todos los casos, la orquestación se resolvía con lógica programática y reglas estáticas. Pero hoy estamos en la antesala de un nuevo paradigma: Agentic Composable Architecture, impulsada por inteligencia artificial generativa y sistemas agénticos. 

Tradicionalmente, las aplicaciones satélite —canales digitales, aplicaciones móviles, portales web— se conectaban con los sistemas core de negocio o con otras capas de negocio de aplicaciones satélite mediante capas de integración. Estos puentes cumplían su función, pero también eran cuellos de botella: desarrollos rígidos, altos costos de mantenimiento y baja capacidad de adaptación a cambios. 

Con los microservicios dimos un salto hacia la modularidad, y con GraphQL, hacia una consulta más flexible y ágil de los datos. Sin embargo, la orquestación seguía siendo manual: programar flujos, definir reglas, mantener código que conectara piezas de un rompecabezas cada vez más complejo. En un entorno donde la velocidad y la personalización son clave, este modelo empieza a quedarse corto. 

La tendencia actual es distinta. Los agentes inteligentes permiten una integración dinámica: comprenden el contexto, interpretan necesidades y deciden en tiempo real cómo orquestar los servicios. No se trata de flujos predefinidos, sino de conversaciones entre sistemas, donde los agentes negocian, recomiendan y ejecutan la mejor ruta. 

Imaginemos un banco: un cliente solicita un crédito desde la app móvil. Tradicionalmente, esto implicaba múltiples llamadas programadas a sistemas de scoring, riesgos, documentación y aprobación. Con agentes orquestadores basados en IA, el flujo es flexible: el agente identifica la ruta más eficiente, ajusta prioridades, consulta fuentes externas y entrega la respuesta sin depender de un diseño rígido. 

El impacto va más allá de lo técnico. Agentic Composable Architecture acelera la innovación, reduce costos y habilita experiencias personalizadas. Además, abre la puerta a ecosistemas donde empresas colaboran sin meses de codificación, sino mediante agentes que entienden y traducen interfaces de forma autónoma. Y más aún: gracias a protocolos como MCP (Model Context Protocol) y A2A (Agent-to-Agent), será posible evolucionar hacia un Agentic Open Business, donde organizaciones enteras interactúen y colaboren de forma nativa entre agentes. 

Estamos ante un cambio tan trascendental como el paso de los monolitos a los microservicios. La diferencia es que ahora la integración no será un cuello de botella, sino un cerebro distribuido potenciado por IA. 

Pero la gran pregunta queda abierta: ¿creen que estos nuevos paradigmas reemplazarán por completo a microservicios y arquitecturas de grafos? ¿Se impondrá un modelo híbrido donde convivan múltiples enfoques? ¿Será la orquestación inteligente lo suficientemente eficiente para procesar escenarios de alta transaccionalidad y performance?