Una app que cambia la vida de un diabético | NTT DATA

ju., 14 noviembre 2019

Una app que cambia la vida de un diabético

Soy Daniel, tengo 24 años y me diagnosticaron diabetes tipo I en 2008, a los 13 años, cuando cursaba primero de la ESO. Desde ese momento mi vida cambió puesto que mi cuerpo, por una reacción autoinmune, había destruido las células beta del páncreas, dejando de producir insulina, por lo que tenía que inyectármela varias veces al día, pincharme para sacar sangre y medir mi índice de glucemia también varias veces diarias, así como contar los hidratos de carbono de cada alimento siempre que comía.  

La diabetes tipo I es una enfermedad mortal si no se administra insulina, y tiene poco que ver con la diabetes de tipo II, mucho más conocida y frecuente, que consiste en una alteración del metabolismo de la glucosa, no en la ausencia de insulina, y está más relacionada con la obesidad y los malos hábitos.

Una vez que aceptas el hecho de que tienes que inyectarte insulina, tú día a día como persona enferma de diabetes de tipo I se ve afectado por la necesidad de llevar un buen control de la glucemia a largo plazo. Se trata de un esfuerzo diario para sustituir la función del páncreas y tener niveles de glucemia lo más próximos a una persona sin diabetes. Esta rutina supone una recompensa a largo plazo, de 20 a 30 años, que es evitar los efectos secundarios de una diabetes mal controlada, como daños en el sistema circulatorio que se pueden manifestar en la retina, los riñones, el corazón, etc.

Desde que me diagnosticaron diabetes, he llevado un tratamiento convencional para el manejo de la enfermedad, que consiste en usar bolis cargados con insulina que me inyecto como mínimo en cada comida, lo que se traduce en unas 5 o 6 veces al día de media. Mi experiencia me llevó, hace aproximadamente 4 meses, a crear lo que se conoce como páncreas artificial casero, y que ha supuesto un cambio radical en la forma en la que gestiono mi diabetes.

La idea de montar un páncreas artificial la encontré buscando en internet en diferentes foros y grupos de personas de todas partes del mundo que mostraban un gran interés por mejorar la calidad de vida de las personas con diabetes.

Existen organizaciones sin ánimo de lucro,  como es el caso de Nightscout Foundation, que ha conseguido que estos avances, principalmente el algoritmo,  sean una realidad antes de que existan soluciones comerciales completas y es en lo que me basé. Cuando planteé el tema recurrí a un endocrino privado, muy interesado por la tecnología, que me ayudó en la implantación de la bomba. Es probable que pronto podamos ver soluciones de este tipo a nivel comercial que provengan de algún laboratorio especializado en diabetes.

El páncreas artificial está formado por cuatro elementos; por un lado, un sensor que mide los niveles de glucosa cada 5 minutos, ya financiado parcialmente por la sanidad pública, que junto a un transmisor bluetooth los envía al móvil. El tercer componente es una bomba desechable y sin catéter, muchísimo más cómoda que las que se usan tradicionalmente, que tiene como contra el hecho de que no se comercializa en todos los países. Por último, una aplicación móvil basada en un código libre, que recoge los datos del sensor de glucosa y mediante un algoritmo predictivo controla la cantidad de insulina que administra la bomba, todo de forma automática. Este último elemento puede resultar el más complejo porque requiere compilar el código y estar registrado como desarrollador de software.

Este sistema ha mejorado radicalmente mi calidad de vida. He ganado en comodidad y despreocupación ya que puedo llevar una vida completamente normal, casi sin pinchazos, y los resultados en el control de glucemia hacen que esté muy cerca de los niveles que tiene una persona sin diabetes. Además, es algo que cualquier persona con la enfermedad puede crear, tan solo necesita reunir los diferentes elementos de hardware, compilar la aplicación e instalarla en el móvil, ya que al no estar respaldada por un laboratorio no se encuentra en las tiendas de aplicaciones, pero mediante tutoriales que todo el mundo puede seguir se instala fácilmente.

Desde que comenté, de casualidad, a Enrique Díaz de la Puente, ex compañero del área de Health de everis, y Alberto Borrego, socio del mismo área, el tema del páncreas artificial casero, he observado un gran interés por conocer en profundidad todo lo que había montado y analizar su posible aplicación en otros proyectos dentro del área de salud de la empresa.
La combinación de diferentes elementos de hardware, ya disponibles, junto al desarrollo de una aplicación móvil de control basada en código libre, permite al propio paciente autogestionar su diabetes y mejorar radicalmente su calidad de vida presente y futura.


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